Conversatorios y monólogos
Disciplina – interdisciplina – pluridisciplina – transdisciplina
Una palabra de una belleza virginal, que no ha sufrido todavía la usura del tiempo, se expande actualmente como una explosión de vida y de sentido, un poco por todas partes en el mundo.
Esa palabra difícilmente pronunciable – transdisciplinariedad. Apenas conocida hace algunos años, ha sido y permanece frecuentemente
confundida con otras dos palabras relativamente recientes:
pluridisciplinariedad e interdisciplinariedad.
Aparecido hace tres décadas, casi simultáneamente, en los trabajos
de investigadores tan diversos como Jean Piaget, Edgar Morin, Eric
Jantsch y algunos otros, ese término fue inventado en su momento para
expresar, sobre todo en el campo de la enseñanza, la necesidad de una feliz transgresión de las fronteras entre las disciplinas, de una superación de la pluri y de la interdisciplinariedad.
Hoy día, la perspectiva transdisciplinaria es redescubierta, develada, utilizada, a una velocidad fulminante, como consecuencia de un acuerdo de necesidad con los desafíos sin precedentes del mundo problematizado en que vivimos y que es el nuestro.
No hace mucho tiempo, se proclamaba la muerte del hombre y el fin de la Historia. La teoría transdisciplinaria nos hace descubrir la resurrección del sujeto y el comienzo de una nueva etapa en nuestra historia. Los investigadores transdisciplinarios aparecen cada vez más
como encausadores de la esperanza.
Complejidad
Toda realidad es unidad compleja. Whitehead
El individuo es un todo más bien independiente de partes más bien interdependientes. Wagensberg
(…) Y si el objeto de investigación se convierte en un sistema de investigación…, habría que reprogramar nuestros occidentes lineales de pensamiento para incluir a los principios: Sistémicos, hologramático, retroactividad, recursividad, autonomía/dependencia, dialógico, reintroducción del cognoscente en todo el conocimiento – postulados en el pensamiento complejo –
Racionalidad – intuición – sabiduría
“Cualquier camino es sólo tu camino y no es vergonzoso, ni para uno mismo ni para los demás, abandonadlo si así te lo dicta tu corazón… Observa detalladamente cada uno de los caminos. Ponlos a prueba tantas veces como creas necesario. Luego pregúntate a ti mismo, y sólo a ti mismo, lo siguiente: “¿Tiene corazón este camino?” Si lo tiene, el camino es bueno; si no lo tiene, no sirve para nada” es la reflexión de Carlos Castaneda desde las Enseñanzas de Don Juan y es el inicio de uno de los primeros ejercicios de comprensión escrito por Fritjof Capra en su afán por unificar pensamiento antagónicos y de naturalezas distintas nacidos desde occidente y oriente. Occidente con una tradición forjada desde la filosofía griega y acentuada con el pensamiento de René Descartes asociando su verdad a contextos científicos relacionados con el formulismo matemático, oriente con una visión del mundo esencialmente mística, con disciplinas espirituales basadas esencialmente en la meditación y con su insistencia en que la vivencia no pueden ser comunicadas verbalmente. Occidente – Oriente, pensamientos que comenzaron a entrar en paralelismos a partir de la inclusión de visiones orgánicas en las ciencias. Y si la filosofía, la ciencia y la intuición con sus comprensiones físicas y de la interioridad del ser no fueran el único camino, habría que pensar en ideas nacidas desde el qhapac ñan, porque existe una gran camino trazado desde la cosmovisión andina, un camino que no sólo es físico, paritario y cosmológico, sino que además, tiene la virtud de hacernos sentir como parte de la naturaleza al entender el sentido de los relacional de los opuestos, pues desde el sur lo opuesto es complementario y en lo complementario se esconde un sentido comunitario que encierra la comprensión de los diferentes caminos, como principio máximo de la sabiduría universal.