Material de apoyo: Kawsay

Cosmos – planeta – genética

El gran holograma formado por elementos e interacciones que conforman el todo, nos induce a pensar en aquello que conocemos como vida: Universo, sol, planeta, especies, átomos, genes…, todos ellos ancestrales, complementarios y concurrentes, asociados alrededor de un fin común…, crear las condiciones necesarias para servir de sustento embrionario y regenerador de multiplicidad de formas vivas que ingresan en un ciclo sin fin armonizador de todo lo que existe, en donde lo uno depende de lo otro y el otro de los otros a manera de un sistema de sistemas de sistemas capaces de mantenerse en autopoiesis.

Una de las preocupaciones fundamentales del ser humano ha sido el de buscar el origen de lo que existe en un aquí y ahora, hemos recurrido a una serie de supuestos que nos llevaron a crear mitos y lógicas de sustento asociadas a entornos astronómicos, culturales, religiosos, biológicos, físicos…, que nos impulsaron a fortalecer nuestras creencias según la condición de enseñanza a la cual nos vimos sometidos. Los supuestos engendrados en la mitología griega, nos llevaron a construir dioses para diferentes manifestaciones en la naturaleza, el cielo, el olimpo, el fuego, el amor, el mar, los muertos…, deberían ir acompañados de su representante; las comprensiones desarrolladas desde la filosofía nos permitió entender que todos los seres derivan de otros seres mas antiguos por transformaciones sucesivas, así como lo afirmó Anaximandro o que el fuego era el creador de los fenómenos del mundo sensible según los planteamientos de Heráclito…, dando pie a una seria de ideas, principios y teorías que elucubraron la armonía de la creación.

La investigación científica devenida de la ciencia nos llevó a plantear la edad del universo en unos 13.770 millones de años (m.m.a.) aproximadamente, la del sistema solar en 4.500 m.m.a. y la de la Tierra en 4.400 m.m.a. debiéndonos de preguntar ¿Cómo esa interacción magnánima creo las condiciones necesarias para que aparezcan nichos ecológicos capaces de servir de caldo de cultivo para engendrar la vida?

Planeta: 4.400 millones de años
Sistema solar: 4.500 millones de años
Multiverso: 13.770 millones de años

Como sabemos, el planeta Tierra forma parte de un pequeño sistema solar afincado en un gran universo, de su relación con el sol y con su interior, aparecería un fenómeno energético que engendraría un camino de recorrido anual el cual a manera de un analema dio la posibilidad de cambios de estaciones en un planeta con un eje de inclinación de 23°27 producidos seguramente por su interacción con Theia, hablamos de solsticios y equinoccios originados por los movimientos de rotación y traslación del planeta ( 21 de junio: solsticio de verano, 21 de diciembre: solsticio de invierno , 20 de marzo: equinoccio de primavera, 22 de septiembre: equinoccio de otoño) de ahí un primer elemento de armonización que deviene de miles de millones de años en donde la variabilidad de estaciones creó condiciones climáticas que equilibraron el ambiente.


El holograma átomo – molécula – célula – tejido – órgano – individuo, conforma un tejido que nos invita a mirar la construcción de la vida desde aquello que el ojo humano no alcanza a visualizar, aquello que está presente pero que forma parte de un reino descubierto hace poco. A decir de Demócrito, los átomos son eternos, indivisibles, homogéneos, incompresibles e invisibles (…) los átomos son diferentes sólo en su forma y tamaño, pero no en sus cualidades internas, ejemplos de ello son: El Neón (Ne), el Hidrógeno (H), el Argón (Ar), el Hierro (Fe), el Calcio (Ca), el Deuterio, sin embargo dependiendo de la organización e interacción de aquellos nos enfrentaremos a la formación de moléculas , contextualizándolas como un conjunto de átomos tejidos mediante enlaces químicos. El agua, compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno…, los carbohidratos, los lípidos, las proteínas, el oxígeno, el ozono nos dejan ver los resultados de su interacción.

Una de las variedades moleculares asociada a lo orgánico la encontramos a partir de compuestos de carbono encontradas en los seres vivos, siendo éstas la base de conformación de las células – una sola célula vegetal o animal contiene aproximadamente 10.000 moléculas – Con el nacimiento de la célula eucariota, nos enfrentamos a un centro de organización subatómico denominado núcleo, el cual está investido de material hereditario en donde encontramos el ADN…, progresivamente nos daremos cuenta que las capas celulares dan origen a los tejidos, mismos que se agrupan en forma de órganos y que al desarrollar distintas funciones en un organismo engendran una individualidad biológica capaz de auto reproducirse y mantenerse.

Desde la biología aprendimos que la célula es la unidad más pequeña que puede vivir por sí sola y que forma parte de todos los organismos vivos y los tejidos del cuerpo. El cuerpo humano tiene más de 30 billones de células, así mismo, está compuesto de un 65% de oxígeno, 18% de carbono, 10% de hidrógeno, 3% de nitrógeno, 1,5% de calcio, 1% de fósforo, sin embargo, para que el proceso de la vida se haya dado, hubo de necesitarse de elementos claves para su gestación: Hablamos de la interacción de compuestos como el agua, el aire, el fuego y la tierra, así como, del último antepasado común universal bautizado con el acrónimo de LUCA, como un organismo unicelular que al comenzar a dividirse dio pie a que mediante un largo proceso de evolución geste a los seres vivos tal cual los conocemos en la actualidad.

Pero sí de la fusión de elementos en su diversidad hallamos una generalidad de seres vivos, deberíamos preguntarnos como el tronco común universal armonizó alrededor de funciones similares, especies diferentes, pues encontramos sistemas digestivos, endócrinos, nerviosos, musculares, visuales…, que alcanzan niveles de similaridad muy altos y encuentran en los sistemas de comunicación del código genético las respuestas a esa variedad, pues el código genético engendra instrucciones que le dicen a la célula cómo hacer una proteína específica.

El código del ADN está constituido por fosfato, azúcar y base nitrogenada, misma que contiene adenina (A), timina (T), citosina (C) y guanina (G), respectivamente, que constituyen las bases de nucleótidos del ADN. El código para cada gen combina los cuatro compuestos químicos de diferentes maneras para formar “palabras” de tres letras las cuales especifican qué aminoácidos se necesitan en cada paso de la síntesis de una proteína. Cada tres nucleótidos consecutivos actúan como un triplete que codifica un aminoácido. Dichas bases están compuestas por átomos de oxígeno 65%, carbono 18%, hidrógeno 10%, nitrógeno 3%, calcio 1.5%, fósforo 1.0%.

National Human Genome

A manera de metáfora, veamos ahora un ejercicio de estructura de código genético como patrón universal desde las series matemáticas:

El hologramaNúmeros relacionalesCódigo: La naturaleza de la naturalezaDescripción números relacionales Descripción códigos:
La naturaleza de la naturaleza
0 Pacha - Naturaleza - Espíritu
0
1
1 Kawsay - Existencia; Anya - VerdadEntre el cero y el uno se forma la individualidad equivalente a 1
12
3Correspondencia - Complementariedad - Reciprocidad (Ainy)La individualidad y la dualidad del uno forman el tres
33
6 Ciclicidad; Hanan Pacha - Futuro; Kay Pacha - Presente; Ukhu Pacha - PasadoLa dualidad de la trinidad forman el seis
64
1 Aire - Agua - Fuego - TierraEl seis y el tetragrama equivale a 10, en su reduccionismo obtenemos el 1 (10= 1 + 0 = 1)
15
6 Lachey - Lo aprendido: Hominización, Lo planetario, Complejidad, Reduccionismo,
Chakana - complexus
Entre la individualidad y el pentagrama obtenemos la dualidad de la trinidad
663 Relacionalidad - suma : Amar y ser amado, comer, beber, danzar, dormir, trabajar, meditar, pensar, dar y recibir, escuchar, hablar bien, soñar, caminarDe la dualidad de la trinidad obtenemos el doce, en su reduccionismo la trinidad ( 6 + 6 = 12; 1 + 2 = 3)
371Relacionalidad - suma : Amar y ser amado, comer, beber, danzar, dormir, trabajar, meditar, pensar, dar y recibir, escuchar, hablar bien, soñar, caminarDe la complementariedad entre la trinidad y el heptagrama obtenemos el diez, en su reduccionismo equivale a 1 (10 = 1 + 0 = 1)
189Relacionalidad - suma : Amar y ser amado, comer, beber, danzar, dormir, trabajar, meditar, pensar, dar y recibir, escuchar, hablar bien, soñar, caminarDe la individualidad y la dualidad del tetragrama obtenemos el nueve que representa a la trinidad de la trinidad equivalente a la ciclicidad del todo
999Relacionalidad - suma : Amar y ser amado, comer, beber, danzar, dormir, trabajar, meditar, pensar, dar y recibir, escuchar, hablar bien, soñar, caminarLa dualidad de la ciclicidad origina un nuevo ciclo ( 9 + 9 = 18; 8 + 1 = 9)
461
Código de la armonía
2Número de la armonía
Representa la relación 1 a 1 del kawsay ( animal - animal, animal - mineral, animal - vegetal )
Reduccionismo del código de la armonía ( 4 + 6 + 1 = 11; 1 + 1 = 2)
Cada trinidad origina un tetragrama ( 0 + 1 + 3 = 4) (6 + 1 + 6 = 13; 1 + 3 = 4) ( 3 + 1 + 9 = 13; 1 + 3 = 4)La dualidad de las trinidadesCada trinidad origina una individualidad ( 1 + 3 + 6 = 10; 1 + 0 = 1) ( 1 + 6 + 3 = 10; 1 + 0 = 1) ( 1 + 9 + 9 = 19; 1 + 9 = 10; 1 + 0 = 1 )

Notaremos como el patrón común universal comienza a engendrarse una vez que analizamos la numeración en grupos de tres elementos mediante la suma y la reducción de sus números constitutivos, la serie 136 – 163 – 199 comenzará a repetirse con el infinito de las secuencias. Observaremos además que, los elementos que originan la serie tienen diferentes combinaciones, sin embargo el código se mantiene. Denotaremos que cada tres combinaciones encontramos una resultante cristalizada en el código 4-6-1, mismo que al ser reducido a su número natural engendra el 2, como un símbolo de paridad universal y de armonía.

Utilizaremos ahora una figura representativa de las complementariedades para denotar contextos armónicos, desde la cruz del sur o Chakana andina. Dicha figura se forma de la relación perfecta de un cuadrado y un círculo, denota opuestos complementarios, forma escaleras de tres y 4 espacios, representando en su construcción la relación de tres mundos que podrían verse desde el átomo, la molécula y la célula; el tejido el órgano y el individuo; el planeta, el sol y el universo…, todo en relación de tres, a manera de la estructura de los nucleótidos que dan lugar a un aminoácido. Del trazo de una diagonal y su intercepción con una de las aristas del símbolo obtendremos los 23°27 de inclinación del planeta. Los pares complementarios pueden ser plasmados desde diferentes apreciaciones: Cosmos – átomo, célula – individuo, sol – planeta…, como dualidades diversas que dan pie a una búsqueda de pares infinitos que estructuran procesos armónicos y que sirvieron de referencia para que culturas milenarias impriman sus visiones duales. El Yin y el Yang, el hombre y la mujer, el día y la noche, el cielo y la tierra, el norte y el sur, el animal y el vegetal, el mineral y el alea…, todo lo que existe tiene su complemento y su relación de pares.

Dejamos una primera construcción:

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