Conversatorios y monólogos
relacionalidad – correspondencia – complementariedad – reciprocidad – ciclicidad
Al momento de nacer, el individuo surca el lado abstracto para aterrizar en su realidad, su Kawsay que deviene de la gran cadena evolutiva y su responsabilidad en la gestación del individuo , aquella individualidad compuesta por una paridad indisociable conformada por el cuerpo y el espíritu, una primera dualidad que busca en la relacionalidad la explicación sistémica de lo que existe. En su lado físico encontramos al cuerpo humano compuesto por millones de millones células, de sus asociaciones la formación de tejidos, de su combinación el aparecimiento de órganos, de su funcionamiento, el lado físico – químico – biológico. En su lado espiritual la lucha permanente para comprender el funcionamiento del universo, la cosmogonía de la naturaleza, el origen de las especies, la interacción de lo social…, lo relacional de la existencia del individuo lo asimilamos con un gran holograma, en donde la interacción celular que sostiene su vida se subyuga a la relacionalidad de la naturaleza que gesta un holograma, al crear el caldo de cultivo que sostiene la individualidad, es así que, la existencia del ser depende de la interacción de aquello muy pequeño en una relación estrecha con lo magnánimo. Células y naturaleza unidas en un bucle relacional, pues la gran magia de la vida obliga a que para su conservación exista relacionalidad. Una vez que comprendemos que somos seres relacionales, debemos identificar aquellos pares que queremos que ingresen a formar parte de nuestra vida, pues debemos enviar al subconsciente que en la realidad nunca estamos solos. Habrá que buscar pares en todo el sistema universal: Astros, vegetales, animales, minerales, elementos, individuos, órganos, tejidos, células…, En el pensamiento occidental, a los pares se los contextualiza como los opuestos, en el pensamiento andino se los entiende como los complementarios, por lo que habrá que valorarse la diversidad de funciones: Entre el sol y la lluvia se forma el kuychi; del agua y la tierra la vegetación; del macho y la hembra la continuidad de la especie; el cerebro y la piel alimentan al sistema nervioso; entre la noche y el día el rocío; entre las flores y las abejas el polen; entre el hombre y la tierra la cosecha; el amor de la pareja de animales, entre la convivencia y los fluidos químicos; entre la leche y el cacao una buena tasa de chocolate. En el actuar entre pares debe formarse un bucle: El que da debe recibir y el que recibe debe dar. Manos que dan recibe decían nuestros padres, los recuerdos no son tan lejanos en el comportamiento comunitario: En la cosecha se compartía lo del uno con lo del otro y no se le llamaba sistema económico; los abuelos compartían la enseñanza con los hijos, los hijos respetaban a sus padres; El fuego daba su calor, la familia se sentaba alrededor del fuego; Se daba maíz a las gallinas, ellas nos daban sus huevos; se sembraba semillas y la tierra nos daba sus frutos…, (Ojeda, Jorge)
Saberes andinos
Para el ser humano andino, todo vive en el aquí y ahora, por lo que no habrá que preocuparse por el pasado ni por el futuro. El planeta forma un ciclo alrededor del sol impulsado por la energía que deviene del universo y aquella que deviene de su núcleo; lo animal se convertirá en mineral, lo mineral en vegetal, lo vegetal en animal, en un gran proceso de transformación de energías; el sami (energía) de la vida es contextualizado como aquella energía sutil que se renueva día a día como complemento de la jucha de las actividades diarias; el sami lo obtenemos al realizar actividades que no tienen valor económico: Saber dormir, saber caminar, saber respirar, saber escuchar, saber hablar bien, saber amar y ser amado, saber trabajar, saber pensar, saber meditar, saber soñar, saber danzar, saber beber, saber comer…, pues todas las actividades en el aquí y ahora encuentran sus ciclos. La relación individuo – cosmos, nos induce a pensar que los procesos energéticos ingresan al lado de la ciclicidad, pues el individuo obtiene energía del planeta y el planeta se autorregula con el consumo de la energía de los individuos, nos preguntaremos ahora cuál es el misterio energético, que fue capaz de engendrar vida, mantenerla, impulsarnos hacia la conquista agrícola, sembrar las bases de las revoluciones industriales, trazar ideas energéticas desde la interioridad del ser, develar los misterios de los chakras como puntos energéticos que se encargan del equilibrio de nuestro cuerpo y mente…, encontrar en la energía la transformación de lo físico y la dinamia de las sociedades y comunidades. (Ojeda, Jorge).