Anya

Reflexiones

En la historia de la humanidad, las primeras ideas de armonía, nacieron de un proceso caótico en donde se encontraron las denominadas sociedades civilizadas con los pueblos bárbaros, en condiciones de conflicto, dando origen al nacimiento de imperios que impusieron sus límites y configuraron pensamientos geopolíticos engendrados en la filosofía occidental.

El geocentrismo, las religiones, el esclavismo, caracterizaron a una época en la cual la verdad del uno era vista como algo antagónico que llevaría a formar escuelas de pensamiento en donde se tejían paradigmas que guiarían a la sociedades. la implementación de límites, nos llevaría a la configuración de grandes imperios, en donde los teocentrismos y los feudalismos habrían sido el mecanismo para armonizar las relaciones entre reyes, militares, clérigos y siervos. Pero seguiríamos pensando en cómo armonizar nuestras relaciones sociales y ubicaríamos al hombre como centro de lo que existe y al estado como figura jurídica que nos llevaría a implementar nuestras soberanías basadas en el desarrollo de la ciencia, los nacionalismos y los mercantilismos. Los equilibrios decíamos se deberían alcanzar con la competencia, las revoluciones industriales, el poder y aparecerían pensamientos que nos lleven a buscar en el desarrollo de la industria, la energía y la comunicación los mecanismos en donde el desarrollo sea sinónimo de armonía.

El modelo neoliberal trazaría sus enclaves de desarrollo, acelerando las ideas de competencia de los Estados y de las regiones del planeta, ahora iremos detrás de anhelos geopolíticos en donde lo que interesa es el dominio de los centros.

La escritura fue el enclave dinamizador en construcción de las civilizaciones, ahora la especie humana podía transmitir su pensamiento y gestar a las denominadas sociedades históricas.

El geocentrismo originó un estilo de pensamiento, en donde los centros deberían engendrar contextos filosóficos científicos identificados con la racionalidad.

Los grandes imperios configuraron sus estructuras alrededor de los limes, los teocentrismos y el esclavismo.

Entre el feudalismo de los reyes, clérigos y militares y el capitalismo de los burgueses, las empresas y los Estados, existe un patrón en común: La dominación.

Los procesos colonizadores dejaron impreso en la memoria colectiva: Caos, desigualdad, apropiación y domesticación.

La competitividad pasó de ser un principio de la teoría de la evolución, a un modo de comportamiento social, empresarial y global.

Los nacionalismos fundados en el pensamiento capitalista engendraron chauvinismos que terminaron en debacles internacionales.

Entre el forrajeo, la revolución agrícola y las revoluciones industriales encontramos patrones comunes de desarrollo fundados en la energía y la comunicación.

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